El consejo de administración de la empresa ferroviaria belga SNCB decide hoy la adjudicación del denominado “contrato del siglo”: una licitación valorada en 3.400 millones de euros para renovar la flota ferroviaria del país, que supondría la entrega de 600 trenes AM30 a partir de 2029.
La empresa vasca CAF parte como favorita tras haber sido seleccionada en marzo como licitador preferente, desbancando a la francesa Alstom y a Siemens Mobility. La decisión, sin embargo, ha estado marcada por fuertes presiones políticas y recursos judiciales. El propio Consejo de Estado belga llegó a suspender el proceso por falta de transparencia en la puntuación, aunque finalmente avaló la clasificación inicial.
El debate ha girado especialmente en torno al empleo local. Alstom ha metido presión usando sus dos plantas y 1.900 empleados en el país para hacerse con el contrato. También se han debatido los criterios medioambientales, considerados difíciles de medir y rechazados por unanimidad en la última reunión del consejo.
El ministro de Movilidad, Jean-Luc Crucke, quiere agilidad en la adjudicación. Advierte sobre los riesgos de un retraso: un aplazamiento de dos años podría suponer hasta 200 millones de euros adicionales en costes y pérdida de comodidad para los usuarios.