Renfe cerró el primer semestre de 2025 con unas pérdidas netas de 81,8 millones de euros, un 37% más que en 2024, golpeada por el desplome de su negocio de mercancías.
La filial Renfe Mercancías registró un resultado negativo de 28,9 millones, el peor de su historia, tras hundir sus ingresos un 15% y reducir un 21% las toneladas transportadas. Consecuencia de la pérdida de clientes que han pasado a contratar a la competencia.
El deterioro de márgenes y la incapacidad para cubrir costes fijos sitúan a la división al borde de la causa de disolución, a la espera del acuerdo de integración con Medway, filial de MSC, del que no hay novedades.
En contraste, la división de Renfe Viajeros refuerza su recuperación gracias al impulso del serie 106 (Talgo Avril), operativo desde mayo de 2024.
Los nuevos servicios a Galicia y Asturias han disparado la demanda: el AVE elevó en dos millones sus usuarios en el semestre, hasta 14,2 millones, y los ingresos crecieron un 5% (1.916,9 millones). El ebitda llegó a 164,1 millones, máximos en años, aunque los costes financieros y amortizaciones mantuvieron el resultado en pérdidas (-44,8 millones).
El balance refleja así dos velocidades: Viajeros gana músculo y consolida la senda de crecimiento, mientras que Mercancías profundiza en su crisis estructural, lastrando el conjunto del grupo.