Subirse al techo del un tren puede parecer algo guay, una aventura que contar en redes sociales o a los amigos. Sin embargo, son varios los peligros que se corren al hacerlo y es muy fácil perder la vida por intentarlo.
A continuación te contamos en Encarrilando los riesgos que supone hacer algo que para muchos, no es para tanto.
Si eres Supermán, Superwoman o tienes algún tipo de poderes similares, puedes dejar de leer, esto no te afecta. Pero si eres un ser humano normal, esto te interesa.
Peligro de caídas fatales
El techo de un tren no es un lugar hecho para estar en él.
Hay un gran riesgo de resbalarse o de tropezarse. En el mejor de los casos acabas sobre el propio techo, pero te puedes caer al suelo.
Estamos hablando de una caída de 4 metros o de un poco menos si la caída es sobre el andén. Si te pasa, es posible que sobrevivas, pero también es muy posible que te quedes en una silla de ruedas toda la vida. ¿Por unos likes?
También te puedes caer entre dos coches o vagones, golpearte la cabeza o que tu cuerpo se quede atrapado o en contacto con equipos eléctricos peligrosos.
Por mucho que los techos de los trenes tengan zonas para transitar, sólo están diseñadas para operarios que saben lo que hacen y que llevan sistemas de protección para evitar accidentes.
Riesgo de electrocución
Hace poco publicamos en Trenvista la triste noticia del fallecimiento de una adolescente de 17 años tras recibir una descarga eléctrica al subirse con una amiga en un vagón detenido en la estación Araia, Álava.
En 2023, otro joven salió varios días en las noticias tras desaparecer en el entorno de la estación de Santa Justa de Sevilla. Se llamaba Álvaro Prieto y cayó fulminado tras subirse al techo de un tren.
La mayoría de vías en España están electrificadas mediante línea aérea de contacto o catenaria. Por estos cables circulan, según el ferrocarril, 600 V, 750 V, 1.500 V o 3.000 V en corriente contínua o 50.000 V en corriente alterna a 50 Hz.

¿Qué es la catenaria ferroviaria?
En el momento en el que se entra en contacto con la energía eléctrica, tu cuerpo se transforma en un conductor. La descarga que se sufre es tan intensa, que lo más habitual es no poder contarlo. Y quienes lo cuentan lo hacen con unas secuelas muy graves.
Una descarga de este tipo puede provocar:
- Un paro cardíaco.
- Destrucción de músculos, nervios y tejidos.
- Quemaduras térmicas.
Es más, si tu cuerpo no pierde contacto con la energía eléctrica, lo habitual es que deje de conducir cuando los tejidos se hayan carbonizado y hagan de aislante. Así de crudo.
Pero hay más.
No hace falta tocar la catenaria para sufrir una descarga. Esta se puede iniciar con acercarse demasiado al cable e interactuar con el campo electromagnético. Es ahí cuando surge el arco eléctrico, del que suele ser difícil escapar.
Cuando el personal de mantenimiento tiene que subirse al techo de un tren en una vía electrificada, primero debe interrumpir el fluido eléctrico del hilo de contacto. También tiene que hacer una puesta a tierra del tren para prevenir posibles descargas accidentales.
Aparte, antes de subirse tienen que ponerse los equipos de protección que evitan accidentes en caso de tropiezo o resbalamiento.
¿En qué techos sí es seguro subirse?
Si a pesar de esto quieres vivir la experiencia de subirte a lo más alto de un tren, desde Trenvista sólo podemos sugerite que vayas a un parque ferroviario con trenes de 5 ” o de 7¼”, es la única manera de hacerlo de forma segura.
En la web del Círculo Madrileño Ferroviario tienes un listado de todos los que hay en España.
