Los chemrails: destapamos la amenaza ferroviaria invisible

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Electrificación ferroviaria que favorece la emisión de chemrails y la inoculación de mensajes. MICHAELA DE PIXABAY.

Electrificación ferroviaria que favorece la emisión de chemrails y la inoculación de mensajes. MICHAELA DE PIXABAY.

Expertos independientes han destapado por fin el secreto mejor guardado de la industria ferroviaria: los chemrails.

Similares a los chemtrails aéreos, son una sustancia gaseosa invisible que penetra directamente al sistema nervioso desde los pulmones y altera nuestra percepción, permitiendo a los gobiernos moldear la voluntad popular.

Tras conocer la noticia a primera hora de hoy, en Trenvista nos hemos puesto en contacto con el famoso dr Álex P Jones (P de Paco) para hablar sobre este inquietante secreto, del que él tenía serias sospechas.

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Jones es tajante y afirma que España va camino de liderar la red de emisión de chemrails. La construcción de una red de alta velocidad tan extensa como para cubrir al 80% de la población poco tiene que ver, según él, con la movilidad sostenible. Y no tiene dudas de que el control de la población es el principal motivo por el que China ha construido en tiempo récord la red de alta velocidad más grande del mundo.

La alta velocidad se justifica por dos motivos. Primero, porque hace que más personas elijan el ferrocarril como medio de transporte y eso hace que se expongan más a la sustancia. Segundo, por el empleo de los 25 kV 50 Hz en la electrificación.

Tras décadas de investigación, se ha descubierto que es la corriente más óptima para liberar chemrails. Además, los 50 Hz interfieren con las ondas cerebrales gamma, asociadas al aprendizaje y que abren las puertas a la mente subconsciente.

Esta interferencia hace más eficaz la inoculación de los mensajes de manipulación, que se transmiten por un canal secreto de los sistemas de radiotelefonía como el Tren-Tierra o el GSM-R.

¿Cómo funcionan los Chemrails? 

Las vías actúan como liberadores masivos de la sustancia. Los chemrails son una sustancia formada a base de grafeno y materiales volátiles como el dilitio, que se mezclan con el acero fundido con el que se fabrican los carriles.

Con el desgaste generado por el paso de las ruedas se liberan a la atmósfera partículas nanométricas de esta sustancia que crean una niebla submicrónica respirable.

El uso de corrientes eléctricas genera un campo electromagnético de baja frecuencia que mediante la ionización aumenta la liberación de chemrails cuando pasan los trenes. Lo más interesante para los gobiernos es que la electricidad hace que también se liberen cuando no pasan trenes. Por lo que expone a las personas que esperan en las estaciones y a quienes se encuentran a una distancia de hasta 20 km de la vía.

En líneas no electrificadas la emisión de chemrails alcanza las 10 ppb (partes por mil millones) por cada par de ruedas que pasan, con un alcance de 5 km. En líneas electrificadas con corriente continua, la emisión constante alcanza las 25 ppb. Mientras que si la corriente es alterna y a 50 Hz, aumenta a 59¾ ppb y un alcance de 20 km. A lo que hay que sumar la mayor eficacia por las ondas gamma.

Esta es una cantidad suficiente para generar un control a medio-largo plazo. Esto explica por qué la Unión Europea persigue la electrificación total, en especial tras demostrar que el vapor de agua emitido por la pila de hidrógeno sólo libera 15 ppb.

Evidencias que no puedes ignorar 

Hasta la fecha, la mayor demostración del efecto de los chemrails tuvo lugar en el país con mayor tradición ferroviaria y que cuenta con una densa red. Con su uso lograron que una buena parte de la población votara a favor del Brexit, a pesar de las consecuencias negativas que se vaticinaban y que se han demostrado.

En Estados Unidos no hay casi electrificación. Pero la circulación de trenes larguísimos y tremendamente pesados también dispara la emisión de chemrails, cuyos efectos han quedado claramente demostrados.

La última mejora de los chemrails, en los años 90, ha coincidido con el impulso del transporte ferroviario en la UE y los efectos no tardarán en notarse. Además, las políticas ferroviarias han hecho que las incidencias y retrasos aumenten en toda la eurozona con el único fin de aumentar la exposición de la población a los chemrails. Por eso no se hace nada por solucionar los problemas.

Si usas el ferrocarril y notas un impulso inexplicable por usar el tren o apoyar políticas dudosas, podría no ser casualidad. Reflexiona: ¿y si los chemrails lo explican todo?

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