La Comisión Europea presentó el 5 de noviembre su plan maestro para una red ferroviaria paneuropea de alta velocidad con el objetivo de transformar la movilidad sostenible en la Unión Europea.
CER y Eurocities manifestaron su apoyo mediante una declaración conjunta que destaca la ambición de triplicar el tráfico ferroviario de alta velocidad para 2050, potenciando el crecimiento económico, la cohesión territorial y la lucha contra el cambio climático.
Una red paneuropea de alta velocidad para reducir la dependencia del avión
La red paneuropea, basada en la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T), prevé conectar todas las capitales y grandes ciudades de la UE mediante corredores de alta velocidad eficientes, con trenes modernos capaces de atraer a la mitad de los viajeros de larga distancia.
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Se estima que será necesaria una inversión de 546.000 millones de euros, financiada mediante una combinación de fondos europeos, nacionales y privados. En el caso de España, la red requerirá la construcción de la LAV Dax-Hendaya por parte de Francia y completar la conexión entre Madrid, Extremadura y Lisboa.
El plan contempla medidas para eliminar barreras técnicas y operativas, fomentar la interoperabilidad a través del despliegue del Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario (ERTMS), y agilizar los procesos de autorización y permisos.
También se promoverá un entorno competitivo justo para los operadores, facilitando la compra y leasing de material rodante, y garantizará un acceso equitativo a instalaciones y servicios ferroviarios.
Además, se impulsará la integración de los servicios de alta velocidad con la movilidad local y otros modos de transporte, para ofrecer conexiones puerta a puerta fluidas y accesibles.
El plan contempla el refuerzo de la gobernanza europea con una mayor coordinación y seguimiento del despliegue de la red y se prevé crear un “High-Speed Rail Deal” para movilizar inversiones estratégicas de actores públicos y privados.
El proyecto aspira a convertir el tren de alta velocidad en un símbolo de infraestructura sostenible, electrificada con energías renovables y resiliente ante el clima extremo, contribuyendo a los objetivos ambientales de la Unión.
Las firmas iniciales de directores de empresas ferroviarias como Renfe y alcaldes de ciudades como Łódź, Budapest, Ámsterdam y Mannheim avalan ya esta hoja de ruta que pretende acercar y conectar Europa de forma eficaz y verde para 2040.