Polonia ha cerrado de forma total todos los pasos fronterizos, incluidos los ferroviarios, con Bielorrusia desde la medianoche del 12 de septiembre. Lo hace en respuesta a unas maniobras militares conjuntas entre Rusia y Bielorrusia, denominadas “Zapad-2025”, que involucran simulacros nucleares y la movilización de miles de tropas en la región.
En el ferrocarril este cierre se está traduciendo en un corte de la infraestructura con elementos que impiden el paso.
El gobierno polaco, encabezado por el primer ministro Donald Tusk, justificó la decisión por razones de seguridad nacional ante el despliegue militar ruso-bielorruso cerca de su territorio, que se desarrollará hasta el 16 de septiembre.
Se teme que estas maniobras aumenten la tensión y supongan un riesgo de conflicto directo, especialmente tras la reciente violación del espacio aéreo polaco por drones rusos y una creciente presión migratoria con casi 14.000 intentos de cruces ilegales en tres meses.
La medida afecta tanto al tráfico de mercancías como de pasajeros, dejando cerrados todos los accesos terrestres hasta nuevo aviso. Las autoridades polacas solo considerarán reabrir la frontera cuando estén plenamente convencidas de poder garantizar la seguridad de sus ciudadanos. Rusia ha criticado el cierre, advirtiendo de que dañará el comercio internacional.