En septiembre de 2023 sucedió algo insólito en Francia que contraviene al espíritu de la liberalización y a la legislación europea. Trenitalia France tuvo que interrumpir todos sus servicios nacionales entre París y Lyon por no poder acceder a los talleres de SNCF, a pesar de haberlo solicitado en varias ocasiones.
El detonante de esta suspensión fue el desprendimiento de roca en el valle de Maurienne del 27 de agosto de 2023. El evento interrumpió la conexión ferroviaria entre Francia e Italia y dejó a Trenitalia sin poder trasladar sus trenes a Milán.
Si bien esto podría haber limitado solamente la circulación de trenes internacionales, impidió que el operador pudiera llevar su material móvil a los talleres donde hasta entonces realizaba las tareas de mantenimiento de los Frecciarossa 1000.
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Sin poder revisar sus trenes ni garantizar las condiciones de seguridad, la operadora italiana tuvo que suspender el 4 de septiembre sus rutas nacionales en territorio francés, en las que compite directamente con la SNCF desde abril de 2022.
Una negativa que vulnera el espíritu europeo de libre acceso
Ya antes del desprendimiento, Trenitalia había pedido en varias ocasiones usar los technicentres de SNCF Voyageurs, sin obtener respuesta positiva.
La empresa pública francesa justificó su negativa alegando falta de capacidad disponible y diferencias técnicas en el material rodante, aunque reguladores europeos y la Autorité de Régulation des Transports (ART) han señalado que esta práctica podría contravenir la Directiva 2012/34/UE y el Reglamento (UE) 2017/2177. Esta normativa obliga a los gestores de instalaciones ferroviarias a ofrecer acceso no discriminatorio a competidores.
En España, Renfe sí está obligada a permitir que Ouigo e Iryo usen sus talleres. Es más, recientemente se hizo pública la polémica de que Ouigo, la filial de la misma SNCF que puso palos en las ruedas de Trenitalia France, está haciendo un uso de los talleres de Renfe por encima de lo acordado. La gala ha llegado a declarar que no podrá seguir operando si Renfe no les permite continuar como hasta ahora.
En una entrevista concedida a Trenvista, el presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, dio más detalles sobre la situación.
La solución llegó tarde y por necesidad
Solo tras la crisis de Maurienne y la presión institucional, SNCF permitió finalmente a Trenitalia usar el Technicentre Sud-Est Européen trasladando su propio personal, un acuerdo excepcional que permitió recuperar parcialmente algunos trenes París–Lyon mientras duró el aislamiento con Italia.
Con ese cambio, Trenitalia pudo mantener sus servicios domésticos en Francia, aunque la situación puso en evidencia las carencias del modelo de liberalización francés, donde la empresa dominante sigue controlando el acceso a las instalaciones críticas para la operación de sus competidores.
Los demás operadores también tienen problemas
En el caso de Renfe, la situación no es muy diferente. Los trenes de la serie 100 no necesitan mantenimiento en Francia, ya que sólo hacen trayectos internacionales.
Sin embargo, la homologación de la serie 106 ha sufrido retrasos por no poder usar los talleres de SNCF. Esto obligaba a tener que traer el tren destinado a las pruebas a España para operaciones básicas. Esta situación quedó resuelta el pasado mes de agosto, cuando el Avril superó las pruebas del Technicentre Sud-Est Européen.
Otros operadores que quieren competir en Francia se están encontrando con el mismo problema, algo que les está llevando a construir sus propios talleres de mantenimiento.
